Una semana más, os traigo la publicación semanal, en la que hablaremos sobre un tema que nos interesa debidas las fechas que se aproximan.
Todxs conocemos la festividad de carnaval, y seguramente la celebremos, por lo que esta semana, y como he dicho antes, haciendo coincidir con la semana de carnaval, os traigo una reflexión que seguramente muchxs habéis echo, y para lxs que no, os dejo este post para que lo hagáis.
Imagen de Pixabay |
El hecho de disfrazarse, pintarse la cara y hacer una fiesta, es un acto que, como hemos dicho, se realiza desde la antigüedad, y fue debido a la expansión del cristianismo por lo que tuvo mayor fama esta celebración.
Esta fiesta eran unos días en los que estaba todo permitido, y donde se celebraba la "despedida de la carne", ya que posteriormente venía la cuaresma, un periodo de 40 días de abstinencia, ayuno, oraciones y espiritualidad religiosa.
El carnaval es posiblemente la fiesta que más se celebra en todo el planeta, pero hablemos del tema que os planteo esta semana: los disfraces.
Ya hemos visto el origen y significado de esta fiesta, pero, ¿por qué los disfraces?
Como hemos dicho, esta era una fiesta en la que era todo permitido, por lo que la gente ocultaba su identidad mediante trajes y máscaras para realizar todo tipo de excesos con total anonimato. En Europa los trajes llegaron cuando en las fiestas de la alta sociedad podían mezclarse gente de clase baja usando una máscara y un disfraz.
Actualmente nos seguimos disfrazando por pura diversión, pero desgraciadamente, el elegir un disfraz cada vez cuesta más debido al alto grado de sexismo que existe entre ellos, y aquí es donde entra mi reflexión semanal.
Quizás muchxs de vosotrxs no os hayáis parado a pensar en esto, pero no hace falta indagar mucho para darse cuenta de que algo está pasando con los disfraces de carnaval.
Si entramos en cualquier página de disfraces, o miramos cualquier catálogo, podemos encontrarnos un alto contenido sexista, como es el caso de los oficios, donde los trajes de la parte femenina son faldas cortas, escotes y ropa ajustada, por no hablar de las posturas que aparecen en las modelos de las fotos. Lo más grave de esto es que no solo aparece en los disfraces de adulto, sino que también lo podemos ver en los de niñas.
En cuanto a la demanda de disfraces, en las niñas suelen ser hadas o princesas; los niños, en cambio, suelen ser superhéroes o caballeros. Esto nos da una imagen de inferioridad por parte de las mujeres, siendo los hombres los valientes y poderosos, y ellas las que tienen la única finalidad de estar guapas.
Imágenes de Google
Lo que conseguimos con esta sexualización en mujeres, es que las niñas crezcan con una idea equivocada sobre lo que significa ser mujer y tener un oficio.
Ninguna enfermera va por el hospital con una falda corta y un escote, ni tampoco ninguna bombera lleva vestidos ajustados ni tacones altos. Está claro que cada niño debe decidir con qué jugar, pero también es evidente que el entorno, con cosas como esta, influyen a esta decisión.
Aunque he conseguido sacar un poco la "cara fea" del carnaval, creo que es necesario que todos nos replanteemos esto, para que el carnaval sea una fiesta en la que la igualdad y la diversión estén presentes.
Hola Carlota, con respecto a tu publicación quería señalar lo positivo de que hayas añadido una introducción acerca de qué es el carnaval y sus orígenes puesto que son datos curiosos que muchos, como yo en este caso, desconocíamos.
ResponderEliminarEl tema del sexismo en los disfraces es un tema muy actual y por eso me parece necesario que se hagan comentarios como los tuyos, dando a entender a la gente que un disfraz no es de niño o de niña, ni de mujer o de hombre, sino que un disfraz es de todos, de quien quiera escogerlo.
Además, como bien dices, una mujer no va al trabajo con faldas así de cortas ni con tacón de aguja. También nos gusta ir cómodas. Y quiero recalcar que no por ir enseñando más, somos más atractivas. Con trajes femeninos como los actuales lo único que promueven las compañías es que las chicas debemos ir mostrando nuestro cuerpo para gustar al resto.
Por ello estoy totalmente de acuerdo con tu post. ¡Un saludo!
¡Hola Andrea! Me alegro que te haya gustado y que te haya enseñado algo nuevo, al fin y al cabo ese es uno de los objetivos. Ojalá y todos fuésemos conscientes de esta realidad que nos afecta. Gracias por tu comentario, ¡un saludo!
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